César Gómez-Barthe, en Salamanca (Castilla y León).

César Gómez-Barthe, es Abogado, Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública y tiene un Máster en Democracia y Buen Gobierno, por la Universidad de Salamanca (España). También, es miembro del Partido Popular de Salamanca.

Procedemos a la entrevista que realizamos a César Gómez-Barthe:

– ¿Qué opinión tiene usted acerca de la guerra entre Rusia y Ucrania?

Es lamentable que Putin haya invadido Ucrania, de hecho ha sido un rotundo fracaso. Lo anunció, el 24 de febrero, como una operación especial que duraría unos días y ya son meses de cruenta guerra y crímenes de lesa humanidad; ha tenido que recurrir a tropas chechenas para obtener victorias ya que la planificación y desarrollo ha sido deficiente.

La historia siempre es clave para conocer lo que acontece en la actualidad y por ello quiero recordar como la URSS desde 1922 hasta 1989 cometió un genocidio y una persecución sistemática contra el noble pueblo cosaco, que son una parte intrínseca de la propia Ucrania. El dictador Stalin ordenó el exterminio de centenares de miles de hombres, mujeres y niños. Ordenó las deportaciones de miles de cosacos a Siberia, un desplazamiento de miles de kilómetros con temperaturas por debajo de 0 grados que condujeron a la muerte de miles de inocentes, buscando así exterminar al pueblo cosaco, a su cultura y tradiciones; contrarias al vil comunismo que querían imponer. 

Pareciera que Putin quisiera emular a Stalin, de hecho recientemente ha prohibido por ley que se compare al genocida Hitler con el genocida de Stalin; y son continuas sus campañas políticas para ensalzar al cruel y despiadado Ejército Rojo que tantos millones de muertes causó. Estos execrables hechos dan a entender que Putin quiere lavar la imagen del comunismo y en materia de política exterior ser tan agresivo como fue la URSS, y por ello Ucrania se ha convertido en la víctima de esta invasión.

– ¿Qué opina usted del vínculo que tiene Carles Puigdemont con el Gobierno de Vladimir Putin?

Por las noticias publicadas en los medios de comunicación queda patente que el prófugo Puigdemont ha buscado apoyo en Rusia, ya sea para campañas de fake news (que son las que sustentan al independentismo de la región catalana) como para financiación. Ha aparecido, también en la prensa, que desde Rusia llegarían soldados para esa ficticia república catalana pero yo no daría mayor pábulo a las informaciones que no estén debidamente constatadas. En todo caso, pienso que el gobierno de Putin vio en Carlos Puigdemont, y en el independentismo catalán, a los tontos útiles que les servirían para desestabilizar a uno de los principales países de la UE. 

– ¿Cómo se puede resolver el conflicto de Cataluña?

En Cataluña existe un plan de adoctrinamiento en los colegios e institutos por parte de los políticos independentistas y nacionalistas. Desde finales de los años 80 y principios de los 90 que se cedió la competencia de Educación, y otras muchas, a la Generalidad por parte del Gobierno, hay un plan educativo cuyo objetivo es que cada generación de jóvenes que alcanzan los 18 años y ya pueden votar, lo hagan manipulados en el rechazo a España. Recientemente, la Generalidad de Cataluña se ha hecho con el propio control de la inspección educativa para que todo el proceso educativo esté al servicio del independentismo.

Además, en Cataluña se ha configurado un entramado de asociaciones independentistas financiadas con dinero público (de todos los españoles) para crear unos ficticios “paísos catalans”. También otra serie de lamentables decisiones políticas como el fomento de una televisión pública catalana al servicio del nacionalismo, una persecución de las personas que quieren hablar español, multas a los negocios que no rotulan en catalán o la prohibición de recibir clases en idioma español en un territorio de la propia España, como es Cataluña. Todo ello es demencial, no existe ningún país democrático del mundo en que sucedan estos hechos tan flagrantes e injustos.

Por todo ello, es necesario que la libertad vuelva a Cataluña, libertad de poder recibir clases en español o libertad de que la mitad de la población no tenga sus derechos mermados y oprimidos por el independentismo. 

Se debe despolitizar la Educación y que exista un marco común con el resto de España. Cataluña, desde sus inicios como parte de la Corona de Aragón, es una parte indispensable que forma España, son innumerables los catalanes ilustres que a lo largo de los siglos han contribuido, luchado y aportado para que España fuera durante siglos la principal potencia mundial, y hoy, con el advenimiento de la democracia y el estado de las autonomías deben, nuestros hermanos catalanes, seguir teniendo el papel fundamental que han tenido en el crecimiento de la nación española, su nación, y la de todos nosotros que conformamos este país, el más antiguo de Europa, como es España.

– ¿Cómo podría convencer a aquellos catalanes que apoyan el independentismo que la mejor solución es estar dentro de España?

Con diálogo y mostrándoles la verdadera historia. Ahí están los libros de historia que muestran los hechos fehacientes y la realidad que desmonta las paranoias independentistas. El nacionalismo catalán se consolida a principios de la primera década del siglo XX. Es un invento reciente, y como invención tiene que recurrir a un relato falso para crear sus mitos fundacionales, buscar la confrontación y la diferencia; por ello la Educación y hacer frente culturalmente es fundamental. También mostrar cómo estos líderes independentistas de Cataluña se están enriqueciendo a costa de los propios catalanes y del empobrecimiento de los servicios públicos.  

Para desmontar la falacia independentista tiene que haber un pacto de estado entre los principales partidos nacionales, debemos tener sentido de estado y estar por encima de ideologías para buscar el bien común del conjunto de los españoles.

– ¿Qué opinión tiene usted de la monarquía española?

La Monarquía ha sido y es una institución clave para la estabilidad de España. Por esta razón, no creo que en estos tiempos que corren se deba plantear eliminar una institución, que tanto bien ha hecho al conjunto de los españoles, y sustituirla por una república. Hay que recordar que la Monarquía Constitucional es la forma de gobierno que en 1978 se eligió democráticamente con el consenso de las fuerzas políticas y el amplio apoyo de la población española; es en el Título II de nuestra Carta Magna donde se regula, por lo que defender la Constitución conlleva también respaldar la Monarquía Constitucional.

“El Rey reina, pero no gobierna”, es decir, es un mediador, una persona que actúa de árbitro cuando es necesario; que tiene Auctoritas, pero no Potestas. Esta labor imparcial no sería posible en una república, ya que el Jefe de Estado habría sido elegido por el partido político ganador de las elecciones, por lo que su ecuanimidad sería cuanto menos dudosa.

La Monarquía es comparativamente barata y rentable para España, como demuestran los datos: en 2020 percibió 7,8 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado, de ellos, el Rey ingresó 259.000 de euros brutos. Esto lo podemos comparar con otros salarios como el Defensor del Pueblo (130.908 euros), presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (160.728 euros), presidente del Constitucional (160.728 euros) o mismamente el presidente de la Generalidad de Cataluña que con sus 130.250 euros anuales se enriquece a costa del propio estado español que repudia. Y es que esa retribución que se da a la Monarquía es ampliamente beneficiosa, ya que el Rey en su labor de patrocinio de la Marca España y de los intereses españoles en el mundo obtiene unas ganancias para las arcas nacionales superiores al billón de euros. Por el contrario una república, un sistema que cada cuatro años cambia totalmente, cuesta mucho más; por ejemplo, en Francia la Presidencia de la República absorbe la descomunal cifra de 112,5 millones de euros al año o en Italia el astronómico coste de la República es de 228 millones de euros ¿De verdad alguien piensa que nuestro país está actualmente preparado para embarcarse en aventuras tan costosísimas? Pero es que en comparación con otras Monarquías europeas la nuestra también es módica, ya que la británica cuesta 43 millones, la de Holanda, 40 millones; la noruega, 25 millones.

– ¿Cómo definiríamos al Rey Felipe VI?

Indispensable para el bien de España. La labor de representación exterior del monarca es inigualable.

Un Rey equivale a estabilidad, aporta respeto, experiencia y solidez internacional, porque cada gobernante exterior sabe que este embajador, como es Su Majestad, no va a ser cambiado por otro cada cuatro años en función de un resultado electoral. En las relaciones con Marruecos, sin ir más lejos, es una pieza fundamental, de tal manera que, cuando han existido crisis entre ambos países, el gobierno de turno español ha tenido que acudir al monarca, para que en su especial trato con Mohamed VI, o anteriormente con Hassan II, intercediera y se alcanzase un acuerdo. Como apunte, de los muchos que se podrían seguir escribiendo como razones de peso en apoyo de la Monarquía Constitucional, la Casa Real ha cedido de forma altruista y desinteresada a los españoles todas sus posesiones heredadas a lo largo de los siglos, como son palacios, conventos, monasterios, jardines, parques, obras de arte… Y que son gestionadas por parte del Estado Español mediante el organismo público llamado Patrimonio Nacional. Esto nos da una idea de la figura conciliadora, generosa y patriota que es nuestro monarca.

No cabe duda que la tradición inherente a España es la monarquía; durante siglos ha estado vigente y con ella se han identificado la mayoría de los españoles a lo largo del tiempo. Además, las dos fracasadas repúblicas anteriores no generan certidumbre. Es por ello por lo que la considero una importante institución, que debemos conservar y respetar.

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