La enfermedad de Sigmund Freud. Artículo de Manuel Becerro.

May 13, 2023 | Opinión Manuel Becerro | 2 Comentarios

SIGMUND FREUD fue médico neurólogo y psicoanalista, austriaco de origen judío, padre del Psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX. Nació el 6 de mayo de 1856, en Příbor , Imperio austríaco. Se graduó en medicina y se especializó en el sistema nervioso de los peces trabajando como investigador. Más tarde, comenzó a trabajar en el Hospital General de Viena y empezó a desarrollar la teoría del psicoanálisis.

El psicoanálisis es una técnica psicológica basada en explorar el inconsciente de un paciente. El objetivo es descubrir los deseos, frustraciones y experiencias traumáticas que le afectan en sus comportamientos.

A través de los sueños se puede llegar al inconsciente y acceder a sus experiencias y pensamientos más traumáticos. Y si existe un conflicto interno este puede resolverse.

Todos esos datos que están en el inconsciente pasen al consciente para resemantizarlos: es decir darles un nuevo valor, de manera positiva y devolver la tranquilidad al paciente.

Los impulsos instintivos que son reprimidos por la conciencia permanecen en el inconsciente y afectan al sujeto. El inconsciente no es observable por el paciente: dichos conflictos inconscientes se descubren a través de la interpretación de los sueños, los actos fallidos y la asociación libre, durante las sesiones de terapia, todas sus ideas, emociones, pensamientos e imágenes tal y como se le presentan, sin restricciones ni ordenamientos.

El psicoanálisis ha sido revolucionario para la psicología y ha servido como base para el desarrollo de una gran cantidad de teorías y escuelas psicológicas.

Sigmund Freud tenía su consulta en Viena.

En el mes de Septiembre de 1939 las tropas de Hitler entraron en Viena.

Sigmund Freud se dio ya cuenta que la supervivencia del psicoanálisis bajo el III Reich, ya era ya algo muy difícil y arriesgado. Muy afectado por el cáncer asistió a la invasión y entrada de Hitler en Austria.

Acosado por el Reich pudo salir con vida de ese avispero por la ayuda inestimable que le brindaron varios de los miembros del Movimiento Psicoanalítico, como su gran amiga, la francesa MARIE BONAPARTE así como amigos influyentes, y en especial el diplomático norteamericano BULLITT, que se movió buscando el apoyo de diferentes Embajadas de Estados Unidos en Europa.

La Casa de Sigmund Freud en Viena.

Manuel Becerro, de joven.

Ahora se trataba no sólo de salvar la vida, sino también de salvar la huella, la herencia y la memoria del movimiento psicoanalítico. La Asociación Vienesa de Psicoanalisis celebró su última sesión en 1938 en la que se decidió, disolverse.

Finalmente, gracias al apoyo de los amigos extranjeros, Freud y su familia, junto a algunos colaboradores, pudieron salir de Austria.

Se quedaron en Austria sus cuatro hermanas, ya ancianas que, años después, tres de ellas, encontrarían la muerte en diferentes campos de exterminio.

Y con el ascenso de Hitler en Alemania, las instituciones berlinesas del psicoanálisis fueron progresivamente suprimidas y colonizadas por los nazis.

La casa de FREUD había sido allanada en dos ocasiones, y sus hijos Ana y Martín habían sido llevados por la Gestapo para ser interrogados.

Por lo que en 1938 Freud decide salir con su familia de Viena, huyendo de una muerte segura, por la invasión de las tropas de Hitler.

Ernest Jones y Marie Bonaparte, junto a Dorothy Burlingham, organizaron perfectamente la salida de la familia Freud hacia Inglaterra.

Y por las gestiones de sus amigos llegan felizmente a Inglaterra dejando atrás esa pesadilla en su país.

Ya a salvo en el exilio londinense, SIGMUND FREUD fue objeto de reconocimiento y pudo escribir un breve ensayo, a modo de síntesis de sus obras,” Esquema de Psicoanálisis”.

Sigmund Freud padecía Cáncer y con este cáncer ya muy avanzado y sumamente doloroso requirió a su médico para una sedación con morfina que le permitiera transitar de la vida a la muerte, el 23 de septiembre de 1939, poco después de que la Segunda Guerra Mundial que hubiera dado comienzo, a primeros de ese mismo mes de Septiembre de 1939.

En Londres, Anna su hija menor, la única de todos sus hijos que se dedicó al Psicoanálisis como su padre, se ocupó en exclusividad del cuidado de la salud de su progenitor, que luchaba contra el cáncer.

Sigmund Freud fue diagnosticado de un cáncer tiempo atrás en Viena , pero , El Instituto Curie de París afirma que lo que realmente tuvo Freud fue un “carcinoma epidermoide verrugoso” entidad descrita por Lauren Ackerman, de St. Louis, Missouri, en 1948, es decir nueve años después de la muerte del genio.

Es un tumor no tan maligno, y relativamente frecuente en nuestras consultas con buen pronóstico, y que con tratamiento adecuado, se cura hoy completamente.

La conclusión del estudio: «Carcinoma en el paladar derecho, que posteriormente interfirió al maxilar superior», es un tipo de lesión que no se conocía, que no estaba descrita en esa época y que desde 1915, en adelante despertó muchísimas dudas.

Freud fue un fumador empedernido desde los 20 años. Creía que con un cigarrillo en la boca mejoraba su capacidad de concentración. Llegaba a fumar 20 cigarros al día haciendo oídos sordos a las recomendaciones médicas.

En el curso de los años aparecieron muchos tumores de este tipo. No es un cáncer en el sentido tradicional, convencional, de pronóstico benigno hoy, si se reseca y se extirpa adecuadamente, y si se hubiese tratado adecuadamente se le hubiera ahorrado mucho sufrimiento, con una eficaz extirpación local.

Pero le intervino un cirujano muy desprestigiado de Viena (Max Schur), que le hizo una operación parcial, le dejó la herida abierta, y cicatrizó muy mal y se expandió por su rostro, luego fue intervenido muchas veces.

Ahí empezó una secuencia de lesiones en la boca, sobre el paladar y la rama ascendente del maxilar inferior del lado izquierdo.

Afectado por esta lesión que al no ser adecuadamente tratada, el tumor se fue expandiendo afectando estructuras musculares y óseas del rostro, consumido por la enfermedad, le acompañaban su mujer, su hija Anna y su perro, bajo la atenta supervisión de SCHUR:

«Cuando estuvo nuevamente en agonía por el dolor, le inyecté dos centigramos de morfina de una jeringa (entre 15 y 25 miligramos). Sintió un pronto alivio y cayó en un tranquilo sueño. La expresión de dolor y sufrimiento se había ido. Repetí la dosis doce horas después. Freud tenía tan pocas reservas físicas que entró en coma y no despertó más», relataba Schur sobre aquel último episodio de la vida del intelectual vienés.

Algunas versiones apuntan dosis mayores de Morfina, la administración de 400 miligramos de morfina en menos de 24 horas pueden causar la muerte.

SIGMUND FREUD muere en Londres el día 23 de septiembre de 1939, ocurrió a las 3 de la madrugada del 23 de septiembre de 1939, justo al año de llegar a la capital británica, su hija, también psicoanalista, heredó todo el patrimonio personal de su padre.

La noción de muerte, la propia y la ajena, la Primera Guerra Mundial, y sus víctimas contadas a millares, inspiraron al psicoanalista austríaco a escribir sobre el tema -como hizo en «De guerra y de muerte», en 1915- y a afirmar que la muerte ya no podía desmentirse.

ANNA FREUD, nacionalizada británica, guardó y recreó el mundo freudiano, habitando la casa londinense durante 40 años, hasta su muerte en 1982.

Pero el clima de la Sociedad Británica de Psicoanálisis se enrareció con la llegada de los analistas vieneses.

Tras la muerte del padre del psicoanálisis, se estableció la lucha por definir cuál de las dos corrientes sería proclamada su heredera.

Anna Freud siguió las huellas de su padre y fue Miembro del Consejo Ejecutivo de la Asociación Internacional de Psicoanálisis.

La Consulta del Dr. Sigmund Freud.

Al lado del Divan de su Consulta Vienesa.

Artículo de opinión de Manuel Becerro Cereceda.

2 Comentarios

  1. Nora L. Gorosito Chandia

    Estupendo articulo, excelente información, muy instructivo. Me refresco muchos conocimientos GRACIAS DOCTOR MANUEL

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    • Manuel Becerro Cereceda

      Con mi mejor recuerdo.

      Responder

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