Excandidato a rector de la USAL: «le hace falta sobre todo definir proyectos estratégicos»

Abr 17, 2024 | España | 0 Comentarios

El excandidato a rector (año 2021) y profesor de la Universidad de Salamanca, Mariano Esteban de Vega se expresa con respecto al único candidato a rector de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado y de la universidad en general. Es Licenciado en Geografía e Historia y Doctor en Historia, ambos con premio Extraordinario.

Procedemos a la entrevista que realizamos a Mariano Esteban de Vega:

– ¿En qué se puede diferenciar el ex rector Ricardo Rivero del candidato a rector Juan Manuel Corchado?

Me resulta muy difícil responder a esa pregunta. Cuando uno compitió contra el otro electoralmente, en 2017, presentaron sus respectivos proyectos para la universidad no solo como distintos sino como opuestos. Pero años después decidieron unir fuerzas y parece ser que entre uno y otro se ha producido, de hecho, una estrecha colaboración en los tres últimos años. Ahora, en esta precampaña, el candidato Corchado habla de que se moverá entre la continuidad y la renovación. En este momento no estoy en condiciones de determinar qué puede significar eso. En cualquier caso, le deseo mucha suerte y mucho acierto porque solo puedo querer lo mejor para la universidad en la que trabajo.

– ¿Por qué ocurre que cuando se celebran elecciones a rector a veces hay un solo candidato unitario?

Las razones pueden ser diversas. En las dos ocasiones anteriores, en 1998 y en 2013, rectores previamente elegidos, Ignacio Berdugo y Daniel Hernández Ruipérez respectivamente, concurrían a la reelección y la existencia de una única candidatura respondía a la idea generalizada de que debían repetir mandato. Ahora ha sucedido algo distinto y sin precedentes: un rector decide abandonar el cargo cuando ha transcurrido la mitad de su mandato y se convocan elecciones anticipadas a toda velocidad. Como era de prever, a esas elecciones concurre un único candidato que,
según parece, tenía un acuerdo previo con el rector dimisionario y que, de hecho, antes de que se produjera esa dimisión ya se encontraba en campaña. Hace algunos años, en 2009, hubo también un rector que dimitió antes de concluir su mandato, pero entonces hubo mucho más tiempo, casi cinco meses, entre la dimisión y la elección: de hecho, se organizaron tres candidaturas y la elección fue ganada por quienes no eran partidarios de la continuidad. Ahora no, ahora se ha querido que todo fuera muy deprisa, seguramente para que el resultado fuera este, es decir, que solo hubiera una candidatura.

– ¿Qué gestión positiva se puede valorar la del exrector Ricardo Rivero dentro de la Universidad de Salamanca?

Yo he sido muy crítico con su gestión y por esa razón presenté una alternativa en las últimas elecciones. Por supuesto, le reconozco tanto a él como a las personas que le han acompañado durante estos años en el gobierno de la universidad su trabajo y su esfuerzo. Las circunstancias en las que el rector Rivero ha actuado han sido muy favorables en lo económico, por lo que ha dispuesto de márgenes que en otros momentos no existieron. Pero también tuvo que afrontar una situación muy difícil como la de la pandemia. De todos modos, me consta que muchas de las personas que
confiaron en su proyecto hoy se encuentran desencantadas. Además, su abandono repentino del cargo se interpreta de forma casi unánime como un colofón muy negativo para su mandato.

-¿Por qué no se postuló de nuevo a rector si ya tenía un capital político de las pasadas elecciones?

La preparación de unas elecciones universitarias, así como el ejercicio de cargos relevantes de gestión, requieren un notable sacrificio personal y académico. Yo ocupé puestos importantes en tiempos bastante difíciles y preparé después mi candidatura al rectorado en 2021. La comunidad universitaria optó por otro modelo y entonces decidí que mi tiempo de dedicación a la gestión universitaria había terminado y que debía centrar mi trabajo en la docencia y en la investigación. La abrupta conclusión del rectorado de Ricardo Rivero y la precipitada convocatoria de elecciones no me hicieron cambiar de idea.

– ¿En qué tiene que mejorar la Universidad de Salamanca?

Pienso lo mismo que pensaba hace dos años. A la Universidad de Salamanca le hace falta sobre todo definir proyectos estratégicos y determinación para ponerlos en marcha, aunque ello pueda lesionar intereses individuales o de grupos. Es en estos términos en los que debe concebirse su papel como universidad pública y al servicio de la sociedad. Internamente, necesita desburocratizarse y mejorar su organización y sus procesos de gestión. Ser más ágil en la revisión de su oferta académica. Establecer las mejores condiciones para que sea posible la investigación y la transferencia. E internacionalizarse a toda costa. Ahora necesita también modificar su estructura institucional de acuerdo con la nueva Ley Universitaria. Todo ello debería hacerse desde una normalidad institucional que, lamentablemente, se encuentra alterada.

Noticia para Diario Total realizada por Nelson Montenegro.

 

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