Adrià García i Armengol: «Intentaremos ir en coalición con otros partidos independentistas, siempre y cuando se comprometan a no pactar con partidos del 155 (PP, C’s, VOX)»

Jul 13, 2022 | Política | 0 Comentarios

Adrià García i Armengol, en sesión de fotos.

 

 

Adrià García i Armengol, responsable de prensa del Partido Demócratas de Cataluña de la Comarca Baix Emporda.
Procedemos a la entrevista que realizamos a Adrià García:
¿Cómo se prepara el Partido Demócratas de Cataluña para las próximas elecciones?
Intentaremos presentar candidatura propia en todos los municipios posibles. En los que no pueda ser así, intentaremos ir en coalición con otros partidos independentistas, siempre y cuando se comprometan a no pactar con partidos del 155 (PP, C’s, VOX) por eso somos radicalmente fieles al Referéndum del 1 de Octubre de 2017 y su resultado, en esas elecciones y en cualquier otra, hay que ponerlo de manifiesto. La gente quiere actos y no palabras vacías y nosotros siempre que tenemos poder en las Instituciones lo demostramos con actos y lo seguiremos demostrando donde sea hasta culminar y ser una Republica Catalana.
 
– ¿Qué opinión tiene el Partido Demócratas de Cataluña con respecto a la guerra de Rusia y Ucrania?
Creemos que es una vulneración de derechos humanos flagrante, de hecho, el mas grave desde la Segunda Guerra Mundial. Rusia esta actuando de una manera totalitaria y sin compasión con Ucrania.
 
 
Ha pasado de ser un conflicto entre dos países a casi ser una tercera guerra mundial porque se han matado a Civiles ucranianos indiscriminadamente, se han bombardeado hospitales ucranianos y ONGs que actuaban sobre el terreno. Desde Demócratas queremos expresar nuestro máximo apoyo y acogimiento a los refugiados Ucranianos y condenar frontalmente y efervescentemente la invasión Rusa sobre territorio Ucraniano.
 
– ¿Qué proyectos económicos tiene el Partido Demócratas de Cataluña para toda Cataluña?
Nuestro principal objetivo como partido democrático independentista y catalán es asegurar un estado del bienestar. Me explico: una Republica donde la gente (cuyo de su voto salen los gobernantes) pueda decidir cada X tiempo (inferior a 2 años) la continuidad o no de aquel partido/líder en el poder y en caso de que, por referéndum, se decida que aquel gobierno no debe continuar en el poder, convocar nuevas elecciones o si se reafirma su continuidad, agotar el periodo de 4 años tradicional. Apostamos por listas electorales abiertas, donde se pueda votar tanto al primero como al ultimo de la lista. Apostamos por una soberanía económica total que nos permita que nuestros ciudadanos tengan asegurado un habitaje digno, luz, agua, gas y un sueldo interprofesional a la altura de la UE. Con oportunidades de trabajo para los jóvenes equiparables a la UE y no por debajo de la media. Evidentemente, llevar a rajatabla los sueldos de los políticos y en el mínimo indicio que haya de corrupción se obligaría a devolver el dinero robado y se le obligaría a dimitir a parte de la condena judicial pertinente. 
– ¿Qué opinión tienen ustedes del 25% del castellano que dio el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña?
 
Que estamos dando autoridad a aquellos que nos quieren extintos, arrodillados y sumisos. Es decir, quieren hacer la independencia y acatan la justicia de aquel país del cual se quieren independizar? Eso no se coge por ningún sitio, volvemos a lo de antes, la gente quiere actos. Y actos como ese lo único que hacen es quemar y enfadar a la gente, la misma que fue a votar el 1-Octubre. El problema no es España, porque ya sabemos sus artes y como funcionan, el problema son los partidos independentistas que acatan la ley de España. No hay independencia en España sin desobediencia y no se puede desobedecer si acatas la ley del país del cual te quieres independizar. No se puede gobernar un país des de un tribunal judicial, se debe hacer política y escuchar los reclamos y peticiones de la gente. No puedes gobernar Cataluña a base de sentencias judiciales impositoras.
 
– ¿Cómo es su proyecto de República? 
1. DEMÓCRATAS DE CATALUÑA, que nació para superar los compartimentos estancos que dominaban y empequeñecían la política catalana, en una coyuntura de excepcionalidad histórica, haciendo posible Junts pel Sí y las elecciones plebiscitarias de septiembre de 2015, se ofrece ahora como una opción valiente, coherente y honesta para implementar el mandato del 1-O. 
Porque teníamos -y tenemos- claro que, contra las rigideces de partido, hay que apostar por la generosidad de movimiento, que integra. Que, ante la complejidad social, no nos convienen -ni convienen en nuestro país- ni el sectarismo ni los prejuicios. Que, ante una sociedad aturdida, sentimos el deber de convertirse en un vehículo de compromiso y de esperanza al servicio de militantes independentistas que, en toda Cataluña, se esfuerzan por sacar adelante un proyecto de liberación nacional.
 2. El punto de partida es exigente y reclama acción, talante proactivo y lucidez, porque los retos a los que debemos hacer frente son muchos y formidables: el callejón sin salida nacional actual en Cataluña, la emergencia ecológica y la coyuntura social y económica, afectada hoy aún más por la pandemia del COVID-19. Los peligros actuales y futuros que nos amenazan no deben llevarnos a perpetuar en el tiempo la aceptación de una “nueva normalidad” llena de excepcionalidades en derechos, libertades y control democrático del poder. Creemos, contra todo desánimo y toda renuncia, que saldremos adelante, porque se nos abre una ventana de oportunidad que debemos saber aprovechar. El colapso nacional, económico y ecológico que parece que nos amenaza debe convertirse en un impulso regenerador. Se trata de hacer fuego nuevo y abrir una nueva etapa en la política catalana, sin servidumbres ni inercias del pasado, pero con toda su maestría. Se trata, también, de hacer llegar a las instituciones, sin filtros, ese espíritu catalán inconformista e individualista, pero al mismo tiempo capaz de grandes proyectos comunitarios y de metas colectivas: un espíritu de revuelta, de efervescencia del talento y de innovación. 
3. Más que nunca, es necesario acompasar acción y reflexión para progresar como sociedad. Serenamente, constructivamente, humildemente, hacemos nuestra aportación ideológica y programática, porque sólo avanzando en todos los ámbitos -también en el debate y desarrollo de las ideas- lograremos una Cataluña rica y plena. Somos conscientes de que, en un proceso constituyente republicano como el que tendremos en Cataluña, y en el que todo el mundo tendrá que ceder (porque se trata de hacer un mural inclusivo, que represente la pluralidad del país y no excluya ni sectores ni sensibilidades), los voluntarios y las voluntarias demócratas podemos estar en condiciones de adoptar un papel conciliador, propiciando, en su caso, la síntesis de planteamientos que aparentemente sean difíciles de armonizar, pero también diciendo la nuestra, de forma desacomplejada. Tenemos el derecho y el deber de plantearnos -y de difundirqué sociedad queremos, por qué política apostamos y qué Estado las hará posibles.
 4. De entrada, ratificamos nuestra voluntad, ya explicitada en el Manifiesto fundacional, de 7 de noviembre de 2015, de hacer un nuevo país defensor de los derechos civiles, construido sobre una realidad económica solidaria y fraternal, sólido desde un punto de vista ético y moral, y radicalmente democrático. Creemos, también, que es necesario articular un nuevo sistema político fundamentado en los valores de la libertad individual, la responsabilidad colectiva, la subsidiariedad en la toma de decisiones y la simplicidad en los mecanismos de gobierno; y al servicio de una sociedad configurada por personas formadas e informadas, comprometidas y con sentido crítico, que reclaman, se quejan y participan por hacer posibles los cambios, por hacer posible un nuevo Estado, una Cataluña independiente que sea realmente un nuevo país que valga la pena construir y donde valga la pena vivir.
 5. Y hay que insistir en este punto: queremos que Cataluña sea un Estado independiente en Europa, nacido de la expresión pacífica y democrática de la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas, pero también de su compromiso de ser mejores y de hacer una sociedad mejor. Y somos conscientes de que, por primera vez en muchos siglos, podemos tener, en Cataluña, un Estado y un país que se marchen a la vez y que sean un referente de modernidad, de calidad de vida y de solidaridad: estamos en condiciones de hacer la República de la igualdad, del talento y de la justicia que anhelamos. 
6. Como nuevo Estado de Europa, y de acuerdo con la histórica vocación de apertura al mundo, queremos que Cataluña se convierta en un actor relevante y comprometido en el ámbito europeo e internacional, promoviendo los valores que han sido tradicionales en la sociedad catalana y que se recogen en esta misma ponencia, como la solidaridad, la innovación, la búsqueda de la excelencia y el progreso, la democracia y los derechos humanos. El legado del 1-O. 
7. Las voluntarias y los voluntarios de DEMOCRATAS DE CATALUÑA, como tanta gente en toda Cataluña, ayudamos a hacer el 1-O. Nos sentimos artífices, protagonistas y herederos: lo sentimos bien nuestro, con orgullo, sin vocación de exclusividad, sino como una riqueza compartida con otras muchas personas y colectivos. Más que un punto de inflexión, el 1-O, con todas sus implicaciones sociales y nacionales, ha sido el gran revulsivo y un punto de no retorno para la política catalana: marca un camino nuevo e ilusionante en el sí de una Europa enferma, con el corazón helado, vulnerable ante la fuerza emergente de los populismos. Sabemos que el 1-O es -y queremos que sea- fundamento de nuestro futuro colectivo. 
8. Precisamente coherentes con lo que se sembró ese día glorioso, y en la línea de ratificar y consolidar la independencia que nos ganamos, tenemos el reto de participar activamente en la elaboración de un proyecto de Constitución de la República de Cataluña que sea integrador, abierto, persuasivo y acordado a los retos sociales, económicos, culturales, tecnológicos y ecológicos de la Cataluña y del Mundo que se adentran en el siglo XXI. 10. El 1-O admite, provoca y merece muchas lecturas, también desde el punto de vista cívico. Ese día se vio superada una versión cerrada, partitocéntrica, de la política: afortunadamente el pueblo tomó el relevo en un contexto cercano al descalabro. Desde el 1-O acá, nada se podrá hacer al margen del pueblo de Catalunya, o relegándolo al papel de validador rutinario de las opciones políticas. Todas y todos somos Generalitat, todas y todos haremos República. Este mensaje, que emerge del 1-O con fuerza, reclama y activa tres conceptos expansivos que, invencibles, se dan la mano: democracia, empoderamiento y ciudadanía. Nadie puede quedar al margen. Y contamos, como gran aliada, con la tecnología, que nos permite consolidar una ciudadanía digital que haga que la cohesión –social y territorial– deje de ser una quimera en Cataluña; y también que las posibilidades de un cultivo libre del talento crezcan exponencialmente. El momento de la fraternidad 11. Contemplamos el progreso tecnológico y el avance científico con optimismo, sin ningún tipo de pesar, pero conscientes de que nunca debemos perder el control de la situación, ni el valor de la empatía, de lo que nos hace humanas y humanos . Y aquí debe entrar el valor y el compromiso de la fraternidad. En una sociedad que indudablemente avanza cuando preserva y conquista derechos y libertades, hay que recordar algo que no es casual: en el mismo Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, convive la proclamación de que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos”, con el imperativo de que “deben comportarse fraternalmente unos con otros”. Así pues, ese ideal revolucionario puede sostener todo un edificio ideológico adecuado a la sociedad actual, tan compleja, abierta y frágil, en la medida en que, como conciencia del vínculo entre personas, da contenido a la edificación de una comunidad de mujeres y hombres libres y fundamenta el bien común. Por eso, queremos que sea el hilo conductor de todo el cuerpo doctrinal de DEMOCRATAS DE CATALUÑA, de la misma manera que queremos teñir de color fraterno el conjunto de nuestro cuadro programático. Apostar políticamente por la fraternidad, que significa realizar una síntesis que ninguna fuerza política ha hecho, debe permitir superar satisfactoriamente la contraposición entre los ideales de libertad y de igualdad, que ha marcado el debate político y la política hasta el momento. 12. Implementar unas políticas de fraternidad y para la fraternidad reclama conformar a un nosotros solidario que ofrezca calidez y cobijo a todos. Y este nosotros solidario se proyecta en una serie de metas que deben movilizarnos: 12.1. Hacer un país libre formado por mujeres y hombres libres. Hay que respetar todas las elecciones de las personas, fruto de nuestra libertad individual y de la dignidad que reclamamos, que no varía en función de cómo somos, de cómo nos sentimos, de cómo vivimos o de cómo amamos. Sin embargo, este respeto profundo a la libertad individual no sólo resulta compatible -sino que también debe complementarse- con la asunción del deber de responsabilidad hacia la comunidad. 12.2. Combatir la pobreza y la exclusión social -en todas sus formas y manifestaciones-, la soledad y el desamparo, a fin de procurar una vida digna para todas las personas. Debemos rebelarnos contra las inmoralidades que nos rodean en forma de desequilibrios y de pobreza, así como erradicar la mendicidad y el sinhogarismo, por imperativo ético y de justicia social. 12.3. Garantizar los derechos sociales básicos, procurando una vivienda digna para todos (incluidos sus suministros básicos de agua, energía y conectividad), enfatizando la cobertura sanitaria universal y llevando a cabo políticas sociales que aseguren la subsistencia y ofrezcan herramientas para el desarrollo humano , para que todo el mundo pueda realizarse personalmente, y así podamos crecer colectivamente. 12.4. Implementar políticas de equidad para revertir los efectos del menoscabo o discriminación continuada en los ámbitos social, profesional, laboral, económico, político, educativo y cultural. Estas políticas deben velar especialmente por la equidad hombre-mujer, ya que la discriminación por razón de género ha sido y sigue siendo la más extendida en nuestra sociedad, sin olvidar al resto de colectivos que también sufren ese menosprecio o discriminación por otros motivos como el origen, la orientación sexual, la identidad de género, la religión, etc. La equidad beneficia a toda la sociedad y la hace más justa. 12.5. Implementar políticas de equidad, de acogida, de segunda oportunidad y de rescate para personas y colectivos en condiciones indignas y/o extremas, pero también para quienes se encuentren en una situación vulnerable o sensible, entendiendo que la precariedad social es incompatible con los estándares republicanos que pretendemos y que pueden garantizarse. 12.6. Favorecer la red comunitaria y fortalecer las relaciones vecinales, identificando barrios vulnerables y actuando con firmeza, priorizando medidas preventivas contra la degradación social, la radicalización de grupos y el desarrollo de fobias sociales que representen un rechazo de quien es diferente, estigmatizandolo. 12.7. Acoger a las personas inmigradas, evitando que se creen guetos físicos ni mentales, con el entendimiento de que la Cataluña republicana podrá ofrecer un verdadero programa individual y familiar de integración, que contenga derechos y deberes para las partes y respete el bagaje humano, cultural y ideológico de los nuevos catalanes y catalanas, y que, precisamente desde el respeto escrupuloso a sus identidades personales, les dé herramientas –como, el aprendizaje de la lengua catalana– para su incorporación efectiva y plena a nuestra comunidad, y también para su participación en la construcción cotidiana de la identidad cultural y nacional catalana (y de la occitana en Aran), en un entorno abierto, receptivo y profundamente cohesionador. 12.8. Potenciar el capital social que representan las familias, en toda su pluralidad y diversidad, asumiendo su papel central, como entorno transmisor de valores, como ámbito de crecimiento personal y como elemento solidario en situaciones de crisis. Habrá que apostar a fondo por una maternidad y una paternidad libres y corresponsables, con la garantía de los derechos sexuales y reproductivos, con el acompañamiento público durante la gestación ya lo largo de la vida, y con el apoyo a la crianza de los niños, a la gestión de la adolescencia y al cuidado de las personas dependientes, mediante políticas familiares bien dotadas presupuestariamente. 12.9. Fortalecer las relaciones personales y los vínculos emocionales saludables en el núcleo familiar, independientemente de su naturaleza, y en otros ámbitos y grupos humanos, desde el respeto a la autodeterminación de las personas y al derecho al pleno desarrollo de su personalidad, lo que comporta fomentar efectivamente las diversas capacidades de las personas; ser beligerantes contra la violencia sexual y el sexismo, contra el racismo y otras formas de discriminación y exclusión sociales; y mostrar tolerancia cero en lo que se refiere al bullying, al mobbing ya cualquier otro tipo de relación abusiva y denigrante. 12.10. Mejorar nuestro entorno humano, haciéndolo no sólo más habitable, sino más amable. Poner la tecnología al servicio de las personas (en ámbitos como el urbanismo, el diseño de los servicios públicos y la movilidad, por ejemplo) contribuye a facilitar nuestra vida cotidiana y debe permitir mejorar la calidad del tiempo dedicado a la vida familiar y la transmisión intergeneracional de valores y conocimientos (en la familia y fuera del ámbito familiar), si nos ayuda a instaurar unos horarios más racionales. 12.11. Adoptar las medidas pertinentes para facilitar que las personas con discapacidad puedan disfrutar de la vida participante de la vida cívica y cultural, el esparcimiento, las actividades recreativas y el deporte en igualdad de condiciones con las demás personas. 12.12. Favorecer un envejecimiento activo, por lo que representa de garantía de calidad de vida de una parte creciente de la población catalana, y por la gran aportación que las personas mayores pueden seguir haciendo al progreso y al bienestar generales: se trataría de prolongar el disfrute de autonomía personal de las mujeres y los hombres mayores, hasta dónde y cuándo sea posible. 12.13. Acompañar a las personas enfermas y su entorno más cercano, considerando especialmente la salud mental, las enfermedades degenerativas y los procesos de fin de vida, impulsando los cuidados paliativos, y acomboyando y asistiendo a las personas curadoras. Además, será necesario priorizar el esfuerzo en la lucha contra las enfermedades (y, sobre todo, contra las minoritarias), en el ámbito de la asistencia y en el de la investigación médica. 13. Ensanchar el concepto de fraternidad en nuestro entorno y en las generaciones futuras, las cuales no pueden quedar hipotecadas por crecimientos medioambiental y socialmente insostenibles: 13.1. Humanizar nuestro modelo económico, basado en la economía social de mercado, apostando por una gestión económica y empresarial que, sin perder de vista el objetivo de la creación de riqueza y de bienestar, vele por la equidad, y que haya aprendido definitivamente la lección que no es aceptable dejarse llevar irresponsablemente por el empeño especulador. Por eso, no nos queda creer en la economía productiva, en el carácter emprendedor, en el talento y la innovación, en la economía del conocimiento y en unas relaciones laborales que sean justas. Al contrario: consideramos que hay que respetar y estimular la iniciativa privada -sin temerla o querer intervenirla- y la creación de riqueza, siempre que no sea a costa de la dignidad de las personas ni de la sostenibilidad del medio. 13.2. Impulsar, al mismo tiempo, el cooperativismo, el mutualismo y las formas emergentes de la economía colaborativa, así como todas aquellas tendencias que permiten vislumbrar una mayor sensibilidad empresarial hacia el bien común, la responsabilidad social corporativa y la conciliación de la vida laboral y profesional con la personal y familiar. 13.3. Reforzar la responsabilidad fiscal de todos, porque corresponde a todo el mundo el esfuerzo por sostener el país acomodado y avanzado que queremos y las estructuras de Estado que le harán viable. En este punto, y de la misma forma que apoyamos una fiscalidad progresiva y verde, propugnamos una lucha sin cuartel contra el fraude fiscal y la economía sumergida, por su carácter marcadamente insolidario con la colectividad. 13.4. Apostar por la economía local, circular, eco-consciente, que estimule el consumo de proximidad, de productos km0, y que no sólo nos permita combatir la lacra del despoblamiento de muchas comarcas, sino también reequilibrar el país. Una de las herramientas para conseguirlo debe ser el despliegue de la conectividad de altas prestaciones en todos los municipios de Cataluña. 13.5 La dinamización económica y empresarial del –y desde el– mundo local debe tener, como hitos, la reactivación del campesinado, porque así se conservará un territorio vivo; el apoyo al sector pesquero; y un esfuerzo reindustrializador que permita disponer de una industria puntera y limpia. 13.6. Centrarnos en el respeto a la naturaleza, desde una extrema sensibilidad con el medio natural y sus recursos. Entendemos la fraternidad entendida también en relación al entorno natural, que tenemos el deber de transmitir a las generaciones futuras. Fomentar la fraternidad medioambiental es una necesidad urgente en un contexto de fuerte degradación ambiental y de claras manifestaciones del cambio climático global. El término humano está vinculado a la tierra; y es responsabilidad de la humanidad garantizar y legar un entorno sostenible. Es necesario actuar éticamente ante la degradación del entorno y mantener unas condiciones ambientales tales que sean compatibles con la calidad de la vida. La salud de la humanidad y la calidad ambiental son dos principios inseparables bajo los que es necesario evaluar toda actividad humana. Esto nos hace rechazar el crecimiento a cualquier precio: sólo entendemos un crecimiento sostenible, basado en la economía del conocimiento como motor de desarrollo de su industria. En esta línea, Cataluña debe estar al frente de Europa dando el salto a la revolución del conocimiento, con un nuevo modelo productivo basado en educación, investigación y trabajo en red. 13.7 La gestión de los recursos naturales, del agua y de la energía deben abordarse desde esta perspectiva sostenible, que incluye también una buena educación medioambiental para favorecer el consumo responsable y dar las herramientas a todo el mundo para que todos formamos parte de esa cadena de fraternidad medioambiental. 13.8. Apostar por un país respetuoso con los derechos de los animales, derechos en los que Cataluña ha sido líder. Perseguir y erradicar los malos tratos y abandono de animales de compañía, fortaleciendo las campañas de educación a la ciudadanía ya los agentes de seguridad encargados de estos delitos. Diseñar campañas de evacuación en caso de catástrofes o accidentes en los que se vean implicados animales. Las explotaciones ganaderas tendrán que respetar los derechos de los animales y los mataderos procurarán establecer protocolos de acuerdo con las disposiciones de la Unión Europea sobre bienestar animal. En la República Catalana no caben actividades en las que el espectáculo sea el sufrimiento de animales. Se promoverán las investigaciones cruelty free y las auditorías de bienestar animal en las ayudas públicas. 14. Fomentar la fraternidad, en todos los niveles de la vida cotidiana, implica también vivir y convivir fraternalmente. Habrá que ser muy incisivos en la promoción de la convivencia, el respeto y la armonía social, gestionando positivamente la diversidad (ideológica, religiosa, etc.); garantizando en todas partes espacios seguros y libres para todos, para que todos se puedan desarrollar sin miedo, y haciendo que las políticas educativas lo impregnen todo, desde la certeza de que una ciudadanía bien formada e informada se convierte en el mejor antídoto contra el fanatismo y la intolerancia. Por eso, planteamos: 14.1. Favorecer la integración de culturas, el diálogo y la pluralidad de expresiones, de creencias, sentimientos y vivencias, siempre dentro del respeto a los derechos y libertades y los valores de dignidad e igualdad entre las personas, en una sociedad que queremos abierta y creativa, pero que no renuncie a su identidad, su tradición y su cultura, que nos han legado las generaciones anteriores. Y es que nos corresponde a todas y todas definir, construir y colorear nuestro futuro colectivo, pero no podemos ni debemos reinventar ni negar nuestro pasado, que nos condiciona y nos identifica. 14.2. Hacer que la República Catalana sea un ejemplo de laicidad positiva, que respete y promueva la libertad religiosa y de conciencia, y también el papel social que desarrollan todas las confesiones religiosas, incentivando aquellas propuestas de diálogo y de armonía interreligiosa que permitan avanzar en la convivencia y desactiven prejuicios. 14.3. La lengua catalana (y el occitano en Vall d’Aran) debe ser lengua preferente de uso social en nuestro país y la herramienta de inclusión en la sociedad catalana. La República Catalana velará decididamente por que la administración pública, las empresas, los medios de comunicación y las instituciones educativas sean un motor para generar nuevos hablantes y para que no se abandone la transmisión de la lengua. 14.4. Garantizar la formación, la educación innovadora y de calidad a todos los niveles, y en todas las edades, y el acceso a la cultura, desde la apuesta por la centralidad del conocimiento y del enriquecimiento intelectual de las personas , a fin de garantizar a los ciudadanos las herramientas necesarias para el desarrollo de su proyecto vital, la correcta inserción social y profesional y la capacidad de adaptación a los retos de futuro. Esto debe traducirse, en los presupuestos de la Cataluña republicana, en un incremento claro y sostenido de los recursos empleados en la educación pública, así como en una adecuación de los conciertos educativos; en el fomento de la implicación de las familias en la comunidad educativa; y en la apuesta por unas ciudades y unas villas educadoras, y unos pueblos educadores, haciendo que todas las políticas urbanas estén impregnadas de esta prioridad por el acceso a la educación, la calidad educativa y la transmisión de valores y conocimientos. 14.5. Difundir los valores republicanos en las escuelas, como entornos privilegiados de difusión y arraigo de la cultura del respeto y de la tolerancia cero frente a fobias sociales y ante el discurso del odio. 14.6. Impulsar la red de centros cívicos y de espacios de ciudadanía, de titularidad pública o pertenecientes a la rica y diversa sociedad civil organizada, como pulso de fomento de la cultura y de la ciudadanía implicada y creativa. 14.7. Implementar políticas que, más allá de combatir el sexismo, la homofobia y la transfobia, contemplen, con normalidad, a las personas LGTBIQ+, que respeten las identidades de género y que vehiculen las propuestas que, provenientes del feminismo y de una nueva masculinidad, permitan avanzar en unas relaciones más igualitarias entre las personas, para que se fundamenten en el respeto escrupuloso del derecho que tenemos, como personas libres que somos, a autodeterminarnos ya desarrollar nuestra personalidad. 15. La fraternidad reclama, también, otras apuestas de país. En este sentido, consideramos que sería enormemente positivo: 15.1 Apostar por el diálogo e impulsar el consenso, cuando éste sea posible, a la hora de decidir las políticas comunitarias, porque es la forma óptima de integrar a las minorías. En este sentido, planteamos la política y las relaciones sociales y económicas desde la proximidad, la complicidad y la empatía, en términos colaborativos, fundamentadas en la esperanza e imbuidas de la lógica win-win, y no en términos de lucha, de odio de clase y de suma cero. 15.2. Redefinir los planteamientos de la política de seguridad ciudadana, primando efectivamente, y más allá de afirmaciones retóricas, la defensa y protección de los derechos fundamentales por encima de los aspectos represivos. En este sentido, la policía republicana de la Catalunya independiente será impecable frente a la ciudadanía, implacable frente al delito. 16. Somos el país de la Paz y Tregua, lo tenemos bien grabado en nuestra idiosincrasia nacional. En el momento histórico que nos ha tocado vivir, constituir la República Catalana nos permitirá distinguir sus fundamentos. Y, siendo leales a los principios de la Paz y Tregua, podremos crear una sociedad pacífica, abierta, hospitalaria, dialogante, solidaria con las causas justas, profundamente europea, que crea en la mediación, en la justicia de paz, en un talante garantista por el con respecto a las relaciones comunitarias; una sociedad que, por otra parte, sea culta, sensible, empática. Esto se concreta en: 16.1. Fortalecer la paz en casa y en el mundo, haciendo que la cultura de la paz, que se fundamenta en la educación en valores, en el respeto de los derechos humanos y en la justicia, lo impregne todo. Esta opción de paz comporta que la política militar de la República Catalana tenga un cariz preventivo y esencialmente defensivo. 16.2. Construir la Catalunya-refugio, con una política migratoria a la vez generosa y responsable, que responda a las demandas individuales de entrada en nuestro país y las de reagrupamiento familiar con una oferta de compromiso de integración, mediante la conformación de proyectos vitales autoexigentes y tutelados. 16.3. Implicarnos, como sociedad y con las herramientas de un Estado, en las cuestiones internacionales, conscientes de los retos globales que nos plantean, con gravedad y urgencia, la situación de la democracia y los derechos humanos, personales y colectivos, y el profundo deterioro medioambiental. En este sentido, debemos optar abiertamente por un humanismo cosmopolita, que nos haga activistas en misiones de paz y en la cooperación al desarrollo social, económico y democrático en todo el Mundo, con un especial cuidado de los retos ecológicos globales, para contribuir al consecución de los objetivos planteados por la Agenda 2030. 16.4. Ser abanderados de los valores democráticos y de derechos humanos que fundamentan el verdadero proyecto europeo, y contribuir positivamente a fortalecer la integración continental bajo estas premisas, superando los egoísmos tradicionales de los Estados, los cuales han traicionado la esencia del ideal europeo en primar la agenda económica sobre la ciudadana y la democrática. La República Catalana debe liderar el resurgimiento de la Europa de los pueblos, que revitalice internamente nuestras sociedades y que haga recuperar el prestigio, la iniciativa y la influencia de nuestro Continente en el Mundo y tiñe la globalización de valores más sostenibles, justos y avanzados. 16.5. Reforzar la figura del ombudsman, desde el Síndic de Greuges hasta la generalización de los síndicos locales, como instituciones muy útiles para la defensa de las personas hacia las administraciones públicas. 16.6. Apostar por la mediación y resolución extrajudicial de los conflictos, poniendo al alcance de toda la población profesionales bien formados y formadas en la materia, así como infraestructuras diseñadas para ofrecer espacios para la reconciliación y/o la reparación. 16.7. Ser referentes en la creación y en el mantenimiento de un sistema de justicia de paz de calidad, con juezas y jueces de paz que reciban apoyo y formación, desde el convencimiento de que, así, se mejora radicalmente la convivencia en los pueblos y barrios de las ciudades, al asumir los conflictos vecinales desde la proximidad. 16.8. Velar por el acceso universal a la cultura -en todas sus expresiones-, a la práctica deportiva y al ocio, así como promover el cultivo de las humanidades y de la creatividad artística. 17. La fraternidad no rehuye, sino que fomenta, las relaciones horizontales -no jerárquicas-, las capacidades de autoorganización en el seno de la comunidad y la implicación cívica en los asuntos sociales. Además, nos lleva a no descuidar el potencial del diálogo fecundo público-privado. Por eso, resulta conveniente: 17.1. Fomentar la iniciativa privada y promover el cultivo del talento, con el sostenimiento de un ambicioso sistema de becas públicas y de mecenazgo, y con el apoyo a quienes tienen dificultades para seguir el ritmo de la sociedad. 17.2. Promover la comunitarización de la res pública, desde la convicción de que todas y todos somos y haremos el Estado en la medida en que nos impliquemos, que lo sintamos bien nuestro, cómo sentimos bien nuestros un territorio y una gente. Todo esto se plasma, por ejemplo, en el impulso de la militancia cívica en la defensa territorial, del medio natural y del entorno urbano, mediante el fomento del voluntariado en estos ámbitos (el ‘sometente verde’), con el fin de reforzar los servicios de protección civil y de los cuerpos de bomberos y agentes rurales, sobre todo ante situaciones de catástrofe y emergencia. 17.3. Ser militantes por lo público y potenciar su peso, cuantitativo y cualitativo, en el devenir social, sin ahogar al sector privado. Necesitamos servicios públicos bien dotados y gestionados, sobre todo en aquellos sectores estratégicos. Necesitamos un Estado potente, eficiente y adecuado a las necesidades del país, ciertamente, pero también necesitamos una mirada a los servicios públicos enfocada desde el punto de vista de la calidad del servicio, más que de la titularidad de quien los gestiona. 17.4. Velar por que las mejoras de calidad y eficiencia en los servicios no descansen sobre el empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores públicos; y al mismo tiempo para que estas condiciones laborales tampoco sean ajenas al mercado laboral de los trabajadores que, con sus impuestos, los sostienen. 17.5. Respetar el principio de subsidiariedad y, en consecuencia, velar por que lo que se pueda resolver cerca del problema no se resuelva más lejos. 17.6. Estimular el trabajo en equipo, la ayuda mutua y las sinergias cívicas, así como dar cobertura y proyección al tercer sector social, tan relevante en Cataluña. 18. Tenemos, por otra parte, suficiente tradición constitucional para que podamos construir ahora una democracia verdaderamente avanzada en Cataluña, que promueva la participación, el debate programático fecundo y una verdadera rendición de cuentas, y que instale una cultura de la integridad. Entendemos, en este sentido, que debemos: 18.1. Consolidar una democracia hecha desde la base, insistiendo en los aspectos colaborativos y en la implicación de todo el mundo, y también acercando la política y los centros de poder a las ciudadanas ya los ciudadanos, debidamente empoderados, y deseadamente activos. Por ello, es necesario corregir las deficiencias del marco actual, perfeccionando los mecanismos de la democracia representativa –y, singularmente, el sistema electoral–, estableciendo distritos electorales que permitan una relación más directa entre el cargo electo y el cuerpo electoral e instaurando las listas abiertas donde sea posible, y también las elecciones primarias, con el objeto de impulsar la meritocracia y de quitar peso y poder a los aparatos de partido y, de rebote, a los lobbies políticos y financieros que tienen incidencia y operan en el opacidad. Complementariamente, es necesario helvetizar nuestra democracia, expandiendo los elementos de democracia directa, con la proliferación de referendos de alcance nacional, regional y municipal (a tal efecto, se podría habilitar el 9-N como día nacional de consulta ciudadana) , el recurso cotidiano a la democracia electrónica (superando la grieta de acceso existente entre las personas nativas digitales y las mayores generaciones) y el impulso de presupuestos participativos. Se trata de hacer realidad la convicción de que, como ciudadanos y personas, es necesario que podamos ejercer el derecho a decidir sobre muchos más aspectos de la vida pública: lisa y llanamente, hay que votar más y mejor. 18.2. Establecer una auténtica separación de poderes, con la configuración de un poder judicial independiente, no politizado y objeto de una supervisión efectiva, con mecanismos democráticos de control de la administración de justicia, para acabar con la impunidad de los jueces y magistrados que sean prevaricadores. 18.3 Refundar la función pública, a fin de disponer de una Administración pública con talento, donde se valore el mérito, formada por servidoras y servidores públicos seleccionados, reconocidos, valorados y remunerados en función de sus conocimientos, competencia, implicación, responsabilidad y empatía . Una Administración que no tolere la corrupción puertas adentro y que tenga recursos para combatir la corrupción puertas afuera. 18.4.Todo esto levantará el listón moral del país, en la medida en que ayudará a consolidar la honestidad en la vida pública y privada. Y no resulta superfluo constatar hasta qué punto nos conviene construir una sociedad formada por personas cívicas y estrictas en su responsabilidad fiscal y con una nula tolerancia al fraude; por ciudadanos y ciudadanas responsables en el uso de los servicios públicos. Además, el nuevo Estado catalán y su sector público estarán al servicio de un país de todos, donde nadie estará por encima de la Ley: ni personas concretas, ni grandes empresas, ni lobbies nacionales o extranjeros. 18.5. Profundizar en las políticas iniciadas en el ámbito de la transparencia, de la compliance, del Gobierno abierto y de la garantía del derecho que tenemos a una buena administración. 18.6. Contribuir a hacer un país basado en el estricto cumplimiento de los deberes con la sociedad, deberes que tenemos como ciudadanas y ciudadanos comprometidos en la construcción de la comunidad, a título individual, y también desde el activismo y la iniciativa social. Esto comporta autoexigirnos y exigir, al mismo tiempo, una conducta moralmente digna de los dirigentes políticos, que no son únicamente gestores, sino también depositarios de la confianza de los ciudadanos, porque sólo así restauraremos los vínculos de confianza política y los reforzaremos para que no se vuelvan a estropear nunca más. 18.7. Velar por la financiación transparente y suficiente de los partidos políticos, con una limitación de su capacidad de endeudamiento con créditos bancarios; establecer la limitación temporal de mandatos de los cargos electos y erradicar las puertas giratorias. 18.8. Garantizar unos medios de comunicación públicos plurales y de calidad, que formen e informen desde el respeto de los valores republicanos, porque sólo con ciudadanas y ciudadanos formados e informados, por lo que libres y exigentes, haremos una República de calidad, con una democracia avanzada. Somos la gente del Sí, por una República del Sí 19. DEMÓCRATAS DE CATALUÑA puede incidir -y mucho- en la línea de restituir la política al lugar del que nunca habría tenido que sustraerse: haciendo mucha pedagogía y oxigenando el sistema político catalán. Por talante, por vocación y por ideología, nos motiva construir, avanzar, cooperar: trabajar codo con codo con los de otros, buscando los puntos de entendimiento, y consensuar posiciones que nos hagan más fuertes colectivamente, favoreciendo pactos que nos permitan avanzar como pueblo. Porque nos sabemos y queremos alejadas y alejados del sectarismo empobrecedor y excluyente, no entendemos nuestra ideología o posicionamientos programáticos como diques de contención o muros insuperables que nos separan de los otros actores políticos y sociales, sino como la aportación que hacemos para enriquecer el debate social y político y encontrar las soluciones más participadas que nos permitan hacer frente a los retos de presente y futuro y, como prioridad actual, poner los fundamentos constitucionales de la Cataluña independiente. 20. Somos, en definitiva, gente del Sí y, por eso, no puede sorprender que, coherentemente, queramos construir la República del Sí, integradora, radicalmente democrática, avanzada, que dé respuestas a las inquietudes y esperanzas de Cataluña y su sociedad , una República del Sí que, con la aportación de todas y todos, también de DEMÓCRATAS DE CATALUÑA, necesariamente tendrá que propiciar un país viable, justo, abierto y, sobre todo, fraterno.
 
 
 
 
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Noticia para Diario Total por Nelson Montenegro
  

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